jueves, 12 de noviembre de 2009

The Man from Earth


The Man from Earth es una película independiente escrita por Jerome Bixby y dirigida por Richard Schenkman estrenada el 13 de noviembre de 2007. El guión de esta película fue concebida por Jerome Bixby en la década de 1960 y se terminó en su lecho de muerte, en abril de 1998, por lo se trata de un guión póstumo. Ausente de los circuitos comerciales habituales, se ha convertido en una película de culto, recibiendo numerosas críticas elogiosas. En sólo dos semanas, ascendió del puesto 11.235 al número 5 en la clasificación de IMDb, a través de las descargas P2P, hasta el punto que el mismo productor ha agradecido su distribución por canales torrent.
La película cuenta la historia de un hombre de Cro-Magnon de 14000 años de edad, John Oldman, que sobrevive hasta nuestros días. Toda la película está rodada en la misma casa y su porche, prueba de su bajo presupuesto y de su elaboración prácticamente artesanal. Se basa únicamente en la conversación de los personajes para mantener la trama, sin efectos especiales ni escenas de acción. Se trata de un discurso intelectual entre un hombre de las cavernas y sus actuales colegas de trabajo, en su despedida como docente universitario. En las horas que transcurren, las reacciones de sus amigos científicos son muy variadas y van surgiendo preguntas, cuestiones, revelaciones y reacciones de todo tipo.

Secretos medievales. De la mesa de Salomón a las máquinas de Leonardo





Autor: Jesús Callejo Cabo
Ediciones Temas de Hoy


Tradicionalmente la Edad Media ha sido considerada un periodo de estancamiento del saber, sombrío y cruel. Jesús Callejo ha querido desmontar esta imagen con un apasionante repaso de la época: desde las bibliotecas perdidas y los textos malditos, a los increíbles avances tecnológicos como las lámparas perpetuas, los espejos mágicos y originales aparatos voladores pasando por los diabólicos autómatas que fueron ocultados a los ojos del gran público. Una narración que recrea una época mágica en la que la Historia se mezcla con la anécdota, el dato desconocido y sorprendente y las peripecias de personajes relevantes e inventores inspirados.

¿ Pára cuándo una segunda parte D. Jesús?


Jesús Callejo Cabo (Valderas, León; 1959), investigador y escritor, es licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid.

Ha desempeñado diversos puestos en el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales como funcionario de carrera, estando actualmente en excedencia. Actualmente colabora en el programa de radio "La Rosa de los Vientos de Juan Antonio Cebrián" (presentado por Bruno Cardeñosa) en la emisora Onda Cero Radio, es asesor editorial de la revista Historia de Iberia Vieja. Es autor de más de veinte libros. Su especialidad son los temas folclóricos y mitológicos, como la existencia de seres legendarios (hadas, duendes y gnomos), la localización de supuestos lugares de poder, la búsqueda de plantas mágicas o el origen de las fiestas sagradas. Asimismo es colaborador habitual de las principales revistas especializadas del sector: Año/Cero, Más Allá de la Ciencia, Historia de Iberia Vieja y Enigmas del hombre y del universo. En esta última publica mensualmente su sección “Crónicas Extravagantes”. Fue ponente en el Congreso Internacional sobre el Temple en la localidad de Jerez de los Caballeros (provincia de Badajoz), celebrado en mayo del 2001. Formó parte del consejo de redacción de la revista mensual LRV. Los 32 rumbos de La Rosa de los Vientos. Asimismo fue director de Ediciones Corona Borealis, S.L.U.

El mercenario de Granada

El mercenario de Granada es una novela de Juan Eslava Galán, escrita en el año 2007. Es una novela histórica y de aventuras, ambientada en la España de finales del siglo XV. Su temática principal es la reconquista del reino de Granada, último bastión musulmán en la península Ibérica.

El embajador de Granada, Mohamed Ibn Hasin, solicita ayuda al sultán turco ante el avance de las tropas de los Reyes Católicos. El sultán de Granada esperaba que le enviara un gran ejército, pero el sultán turco le envía un solo hombre para combatir al enemigo, Orban, un herrero búlgaro que vive en Estambul, hombre valiente, sabio y honrado.
Se destacan en las novelas las clases sociales, en los dos bandos, así como explicaciones de guerras, fabricación de bombardas, espingardas, pasavolantes, ribadoquines y falconetes, así como los usos de la pólvora en aquella época.
Esta novela nos sitúa en el siglo XV, en las postrimerías de lo que se ha llamado la Reconquista. Su protagonista, un herrero búlgaro llamado Orbán, miembro de una prestigiosa dinastía de dominadores del fuego, se convierte en mercenario y espía por imposición del Gran Sultán turco, Bayaceto, a quien los musulmanes del reino de Granada se dirigen con peticiones de refuerzos. Como respuesta a esta solicitud de ayuda, Orbán es enviado a Málaga con el objetivo de poner su capacidad como artillero y fundidor al servicio de Boabdil. Aunque los refuerzos del sultán consisten, pues, en el envío de un solo hombre, “oír es obedecer”. Sólo más tarde descubrirá el lector, al igual que el Zegrí de Málaga, el valor del enviado, un maestro en lo que se llamaba entonces el Arte Regia: el conocimiento y dominio de los secretos del bronce, del hierro, de la forja, de la pólvora.
Bajo los ojos del artillero se relata en la novela el asedio que durante varios meses sufrió la ciudad de Málaga en 1487, y posteriormente el asedio y la rendición de Granada, todo ello desde la perspectiva de un testigo aséptico, cuya única bandera es la mujer de la que se enamora y la familia que le espera (y que amenaza Bayaceto para garantizar que cumpla con la misión encomendada).
La novela es entretenida y se lee con rapidez. Por cierto, que el autor se doctoró con una tesis titulada “Poliorcética y fortificación bajomedieval en el reino de Jaén”.
Juan Eslava Galán (Arjona, Jaén, 7 de marzo de 1948 - ), es un escritor español.
Hijo de olivareros, estudió en los colegios de Arjona hasta que al cumplir los diez años su familia se trasladó a Jaén para proseguir el bachillerato. Estos primeros años de educación quedaron plasmados en su primera novela Escuela y prisiones de Vicentito González .
Cursó Filosofía y Letras en la Universidad de Granada, licenciándose en Filología Inglesa, y luego realizó un viaje al Reino Unido con el objetivo de ampliar sus estudios. Allí estuvo viviendo en Bristol y Lichfield, y fue alumno y profesor asistente en la Universidad de Ashton, Birmingham. A su regreso obtuvo una cátedra de Instituto de Bachillerato y, posteriormente, se doctoró en la Universidad de Granada con una tesis sobre Poliorcética y fortificación bajomedieval en el reino de Jaén. Miembro del Instituto de Estudios Giennenses, se casó y tuvo dos hijas. El Premio Planeta obtenido en 1987 por su novela más conocida, En busca del unicornio, impulsó notablemente su carrera literaria.
Se declara un apasionado de la Edad Media, como puede verificarse fácilmente por la temática de su obra. Su bibliografía comprende más de cincuenta libros y ensayos, entre los que destacan sus muy irónicas Historia de España contada para escépticos o el Catolicismo explicado a las ovejas, entre otros muchos títulos, pues resulta ser un autor realmente prolífico (unas dos novelas por año y otros títulos de otros géneros). Tanto como novelista como historiador y ensayista hace gala de un particular sentido del humor, a veces satírico, por los cuales el público le aprecia especialmente.
Como narrador, opta por los géneros de la novela histórica y la fantasía y misterio. Entre las primeras destacan especialmente En busca del unicornio, ambientada en el reinado de Enrique IV el Impotente, valiéndose de una prosa de regusto medieval; El comedido hidalgo, que refleja con ecos cervantinos la España de fines del siglo XVI, o La Mula y Señorita, ambientadas en la Guerra Civil. Además, bajo el seudónimo reconocido de Nicholas Wilcox, que es más bien un heterónimo con fotografía falsa incluso, ha escrito varias novelas que él mismo no duda en calificar como de estilo best-seller. Fue creado en un principio por el miedo a defraudar a sus lectores, pues el estilo y la narración de las novelas de Wilcox son realmente muy diferentes a las de Eslava Galán; no obstante, actualmente cuenta con una legión de seguidores casi tan grande como la del propio autor.
Su libro reciente de mayor éxito es Una Historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie, que narra los sucesos más relevantes de la Guerra Civil Española de un modo a medio camino entre la crónica periodística y la novela histórica.
Ha merecido distinciones como el premio Ateneo de Sevilla, el Fernando Lara, el Enrico Fattore de Italia o el Premio Andalucía de la Crítica.

Conde Alessandro di Cagliostro( 1743 – 1795)



Nació en el seno de una familia pobre en Palermo, Sicilia. La identificación de Cagliostro con Giuseppe no es del todo segura, ya que se basa principalmente en el testimonio no fidedigno de Theveneau de Morande, espía francés y chantajista, y más tarde en su confesión a la Inquisición, obtenida a través de la tortura.
Cagliostro afirmaba haber nacido en una familia cristiana de noble cuna, pero ser abandonado al poco de nacer en la isla de Malta. También aseguraba que siendo niño viajó a Medina, La Meca y el Cairo, y al regresar a Malta, ser iniciado en la Soberana Orden Militar de los Guerreros de Malta, donde estudió alquimia, la Kabala y magia. Fundó el Rito Egipcio de la Francmasonería en La Haya, donde (al igual que sigue ocurriendo en las logias masónicas en la actualidad) se iniciaba a hombres y mujeres en logias separadas, y tuvo influencia en la fundación del Rito Masónico de Misraim.
Cagliostro fue bien conocido en Nápoles y más tarde en Roma, donde conoció y desposó a Lorenza Feliciani. Viajaron juntos a Londres, donde fue iniciado en la francmasonería, posiblemente por el Conde de Saint Germain. Adoptó como símbolo secreto el Ouroboros (la serpiente que se muerde la cola). Al cabo de poco tiempo fundó el Rito Egipcio de la Francomasonería en La Haya.
Viajó por Rusia, Alemania y Francia, extendiendo el campo de influencia del Rito Egipcio y presentándose como un "curandero magnético" de gran poder. Su fama creció de tal forma que fue incluso recomendado a Benjamin Franklin durante una estancia en París.
Fue un extraordinario falsificador. En su autobiografía, Casanova relata el encuentro con Cagliostro, que fue capaz de falsificar una carta suya, a pesar de ser incapaz de entenderla.
Era originario de Palermo, Sicilia donde nació en el año 1743. Ocultista y médico, vivió en tiempos de Luis XVI. Curaba a los enfermos y acabó por ser condenado en prisión perpetua y finalizó sus días en las mazmorras del castillo de San León, en Urbino en el año 1795.
Una vez establecido en Paris, mantuvo una larga entrevista con el cardenal Rohan, a quien reveló con todo detalle sus conversiones con el pretor Poncio Pilato, del cual se decía amigo íntimo.
Y cuando más tarde el cardenal se dirigió, en privado, al acompañante de Cagliostro para preguntarle si él creía de veras que su amo, al decir tales cosas hablaba realmente en serio, el escudero repuso con absoluta seriedad:
A decir verdad, señor, no puedo pronunciarme, puesto que yo sólo llevo a su servicio cuatrocientos años.
El Gran Maestro Cagliostro, nada tiene que ver con el personaje que describe Alejandro Dumas en su obra, Vida de Giuseppe Balsamo, ni con el personaje inventado por la Inquisición para desprestigiar al Gran Maestro.
Muchas personas que le había conocido y que incluso, en algunos momentos, fueron sus discípulos, cuando llegó el momento terrible del calvario del Maestro en manos de la Inquisición, dijeron, lo mismo que a Jesús le dijo la muchedumbre: "Donde están tus poderes, por qué no los utilizas para liberarte y para evitar tus sufrimientos" sin comprender que Cagliostro conocía la ley oculta y que se entregaba por completo a ella.
Se supone que Cagliostro fue hijo del Gran Maestre de la Orden de Malta, llamado Melo, el cual le inició y le introdujo en los Grandes Misterios, en la Gran Pirámide de Egipto, recibió su Iluminación.
Cagliostro viajó extensamente por toda Europa y por Oriente y por donde pasó siempre fue reconocido por su gran generosidad y elevado espíritu.
Cuando le preguntaron por qué derramaba tantas bendiciones sobre los seres humanos, a los que amaba por encima de todo, desprendiéndose de su conocimiento y riquezas en favor de ellos, curando a los enfermos, y asistiendo a los necesitados, Cagliostro respondió: "Siempre se debe avanzar, siempre se debe sembrar y dejar a los demás que recojan la cosecha".
Cagliostro, como Alto Iniciado que era, se consideraba un hermano con todos independientemente de que fuesen ricos o pobres, ilustrados o ignorantes, árabes o franceses porque según declaró:
"No soy de ninguna época y de ningún lugar, y más allá del espacio y del tiempo, mi ser espiritual vive su eterna existencia. Si me sumerjo en mi pensamiento remontándome en el curso de las edades, si extiendo mi espíritu hacia un modo de existencia alejado de aquel que percibís, me convierto en aquel que deseo ser. Participando conscientemente del Ser Absoluto arreglo mi acción según el medio que me rodea. Mi nombre es aquel de mi función, pues soy libre; mi país, aquel donde fijo momentáneamente mis pasos. Poned fecha de ayer si lo deseáis, rehusando acordaros de años vividos por ancestros que os fueron extraños, o del mañana, por orgullo ilusorio de una grandeza que jamás será vuestra, yo soy aquel que Es".
Su generosidad era tal que fue capaz de, noche tras noche, en la época en que estuvo encarcelado en Francia por el asunto del collar de diamantes, salía de su celda y por un pasadizo secreto acudía a la llamada de aquellos que le necesitaban y a los cuales ayudaba y curaba ya que, por ser de condición humilde, nadie socorría. Cagliostro era un emisario de la Gran Hermandad Blanca y debía cumplir una misión de transformación en el seno de la sociedad de su época.
Desgraciadamente aquellos que se encontraban en disposición, y que tenían el poder necesario, para permitir la transformación de la sociedad, es decir: los nobles y el clero, no se resignaron a perder sus privilegios compartiéndolos con el pueblo y ello dio lugar a la Revolución Francesa.
Cagliostro fue un Iniciado de primera magnitud y todas las Ordenes Iniciáticas de su época, así lo reconocieron dispensándole honores solo reservados a los más elevados.
Conoció y colaboró con el Conde de Saint Germain. Su gran conocimiento, cultura, refinamiento, y encanto, le llevó a frecuentar los salones más distinguidos de Francia donde, al principio de su misión, despertó la envidia de algunos nobles quienes trataron de burlarse de él por medio de una farsa.
Se cuenta que cuando estaba curando ante un auditorio de gente ilustre, se presentaron tres mendigos que le pidieron que les curara de la sordera, de la ceguera, y de un mal en la piel; Cagliostro accedió a ello y les dijo que podían salir de allí que estaban curados. Ante el estupor y la risa general, los supuestos mendigos se despojaron de sus harapos apareciendo ante todos como lo que eran, unos nobles, jóvenes ociosos, que querían "desenmascarar" a quien, para ellos, era un impostor
Ante aquella burla Cagliostro declaró con voz solemne: "Recordad que lo que no habéis permitido que os diera, os lo puedo retirar", después de ello los jóvenes empezaron a gritar porque uno de ellos se había quedado sordo, el otro ciego, y el otro se retorcía de los picores en su piel. Cagliostro, siempre generoso, les perdonó y los jóvenes volvieron a la normalidad huyendo despavoridos. Desde entonces nadie se tomó a broma los poderes curativos de Cagliostro.
Su amistad con el Cardenal de Rouhan, quien había sido estafado haciéndosele creer que debía comprar un collar de diamantes para la reina María Antonieta de Francia, fue motivo para que se le involucrara en el llamado "asunto del collar" que constituyó un escándalo en aquella época y que, de alguna manera, precipito los acontecimientos que desembocaron en la Revolución Francesa. Cagliostro fue encarcelado y, aunque tuvo todas las oportunidades para escapar, permaneció en prisión en espera de juicio sabiendo que la justicia resplandecería al final, y convencido de que su misión entre los hombres aún no había terminado.
Se relatan muchos hechos curiosos del juicio a Cagliostro como que las actas de acusación se borraban a la vista de los acusadores que las leían y, en su magistral alocución de defensa, Cagliostro declaró:
"Como el viento del Sur, como la brillante luz del Mediodía que caracteriza el pleno conocimiento de las cosas y la comunión activa con Dios, voy hacia el Norte, hacia la bruma y el frío, abandonando, por todas partes a mi paso una parcela de mi mismo, abandonándome, disminuyéndome en cada estación, más dejándoos un poco más de claridad, un poco más de calor, un poco más de fuerza, hasta que sea parado y fijado definitivamente el fin de mi carrera, en la hora en que la Rosa florezca sobre la Cruz. Yo soy Cagliostro".
Nunca se le perdonó que fuese un impulsor de la Luz, y le atacaron por su lado más débil que era el amor que tenía por su esposa, Lorenza Feliciani, quien, a pesar de su bondad, encanto, e ingenuidad, fue convencida por los miembros de la Inquisición haciéndole creer que su esposo era un representante del diablo, lo que le hizo flaquear sirviendo, de esta manera, a los sucios propósitos del Santo Oficio que despacharon correos por toda Europa con historias fantásticas, inventándose la figura de Giuseppe Balsamo, para desacreditar al Maestro.
Incomprensiblemente ante los ojos de los profanos, pero de acuerdo con una afirmación que había hecho anteriormente y que decía: "Un amor que me atraía hacia toda criatura de forma impulsiva, una irresistible ambición, un sentimiento profundo de mis derechos sobre los seres del cielo y de la tierra, me impulsaba y me arrojaba hacia la vida", Cagliostro viajó a Roma poniéndose así al alcance del brazo de la Inquisición.
Fundó una Logia en Roma, a la cual pertenecieron personas muy selectas; pero un traidor, un capuchino llamado Francesco de San Maurizio, quien era un espía y un agente del Santo oficio, le delató y proporcionó las pruebas, verdaderas o falsas, que permitieron su arresto y encarcelamiento.
Cagliostro sabía lo que le iba a acontecer, de hecho, el mismo se había metido en las fauces del lobo de manera deliberada, el sabía que el inmenso privilegio que le había sido concedido de servir a la Humanidad habría de pagarlo a un precio altísimo. La ley oculta establece que cuando una persona revela a los demás las cosas más sagradas y las leyes más elevadas del Universo, se hace responsable del uso que de ellas hagan sus alumnos y, para comprender con propiedad todo lo que él había enseñado, sin que fuese utilizado inadecuadamente, habría que tener la talla espiritual y la comprensión que poseía Cagliostro, alturas a las cuales no llegaban ninguno de sus alumnos.
Fue encarcelado y torturado en el Castillo de Santangelo, y llevado a juicio donde fue acusado, entre otras cosas por medio de una declaración arrancada bajo tortura a su esposa, de que adoraba al diablo y que blasfemaba del nombre del Señor.
Fue obligado, lo mismo que en la antigüedad lo habían sido el conde Raimundo VI de Tolosa, y el Gran Maestre de la Orden de los Templarios, Jacques de Molay, a presentarse con ropas de penitente ante la iglesia de Santa María, y abjurar de todos sus errores. Pero a pesar de su sufrimiento, de sus penitencias, de la tortura a la que fue sometido, Cagliostro no fue perdonado y se le encerró en la fortaleza de San Leo donde prácticamente fue enterrado en vida.
La Revolución Francesa ya había estallado y las tropas francesas que extendían por Europa los ideales de libertad, igualdad, fraternidad, se encontraban ya en Francia por lo que para evitar que Cagliostro fuese liberado, fue estrangulado en su celda el día 28 de agosto de 1.795.
Una leyenda dice que Cagliostro no murió, sino que el cadáver encontrado en su celda era el de un monje que iba a reconfortarle espiritualmente. Sea como sea, lo importante fue la obra que realizó y que perdurará a través de los siglos.
Quienes quisieron borrar su memoria ya están olvidados, pero él, Cagliostro, permanecerá en el recuerdo de muchísimas generaciones.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Ramon Llull (1232 - 1315)



Escritor en lengua catalana. Su obra, vasta y diversa, resultado de un inagotable entusiasmo apostólico, representa una aportación decisiva tanto al pensamiento y a la literatura medievales como a la formación del catalán literario. Llull nació en Palma de Mallorca, en el seno de una familia barcelonesa establecida en la isla a raíz de su conquista por Jaime I (1229). Los hechos de su vida están recogidos en un relato autobiográfico, Vida coetània, dictado a sus discípulos de la Cartuja de Vauvert (París) en 1311. Casado y padre de dos hijos, era senescal del futuro Jaime II de Mallorca y cultivaba la poesía cortesana al uso, cuando una serie de hechos, entre ellos la impresión que le causó un sermón sobre Francisco de Asís (1263), le decidieron a emprender una vida dedicada por entero al apostolado. Dejó su familia y sus bienes; peregrinó a Santa María de Rocamadour, cerca de Tolosa, y a Santiago de Compostela. Aconsejado por Ramón de Penyafort, prosiguió su formación en Mallorca, donde aprendió árabe, frecuentó la abadía cisterciense de La Real y se dedicó a la vida contemplativa en una cueva del monte de Randa. En 1274 culminaba la redacción de Libre de contemplació y Art abreujada d'atrobar veritat, dos de las obras más representativas de su pensamiento filosófico. Al año siguiente el teólogo franciscano Bertran Berenguer aprobaba y elogiaba los escritos de Llull. Poco después Jaime II de Mallorca, con la anuencia del Papa, le concedía los medios económicos para la fundación de un colegio de misioneros en Miramar (Mallorca). En 1288 Llull recibió el título de doctor (magister) en la Universidad de París. No obstante, y pese a sus repetidos intentos (1297-1299, 1309-1311), sus ideas nunca serían bien acogidas en aquel centro del aristotelismo. El celo apostólico que en todo momento guió su vida le hizo concebir la creación de nuevos centros de formación de misioneros y el proyecto de una gran cruzada, a un tiempo de carácter militar y evangelizador. Con éxito muy escaso, sometió insistentemente estos planes a reyes y papas. En 1311 vio cómo el Concilio de Viena del Delfinado recogía una parte de sus propuestas. Todo ello no le impidió desarrollar una labor estrictamente misionera en diversas expediciones por la costa sur del Mediterráneo. La última de ellas (1314-1316) le llevó a Túnez, donde acaso fuera martirizado. Pero se sabe que murió en Mallorca. En su capital, en la iglesia del convento de San Francisco, de cuya orden suele admitirse que fue terciario, reposan sus restos. La Iglesia romana le concedió el título de beato. El mismo fervor apostólico que presidió la vida de Ramon Llull sirvió de estímulo a su fecunda producción como escritor. Un total de 243 obras conservadas, a menudo de difícil clasificación por la profundidad y variedad de temas abordados, reflejan a través de modalidades expresivas tan diversas como las que exigen la filosofía, la vivencia mística, el relato realista, la poesía lírica y narrativa o la exposición didáctica, el afán por comunicar sus ideas a todo tipo de destinatarios. Fueron escritas en catalán, latín y árabe, si bien no se ha conservado ningún texto en esta lengua; las obras rimadas, en cambio, están compuestas en un provenzal muy catalanizado. Los primeros escritos filosóficos responden al anhelo de encontrar una sistematización de ideas que ilumine con carácter definitivo la mente del infiel. Art abreujada d'atrobar veritat, reducción del conocimiento humano a un limitado número de principios que, mediante un sistema combinatorio, puede dar respuesta a todo tipo de cuestiones, es su primera formulación. Se trata de ofrecer "razones necesarias", soslayando siempre el poco convincente principio de autoridad. El núcleo de la obra filosófica de Llull es objeto de repetidas reelaboraciones: Art demostrativa (1283), Taula general (1293), Lògica nova (1303) y Ars Dei (1308), entre otras. Pero hay que añadir que en el método de conocimiento propugnado, de tradición agustiniana y neoplatónica, confluyen otras artes a tenor de otras dimensiones que presenta la experiencia de conocer, así Art de contemplació (1282-1287) o Art amativa (1289); de forma que, dentro de la producción luliana, las obras filosóficas no pueden disociarse de otras de carácter enciclopédico, contemplativo, místico o incluso narrativo. De ello son exponente Libre de contemplació (1274) y Arbre de filosofía d'amor (1298) que bajo un mismo título reúnen en feliz síntesis todas las características antes enumeradas. Obras místicas son Libre de Santa Maria (1290), diálogo entre personajes alegóricos sobre las excelencias de María, que el entusiasmo del autor convierte en vibrante homenaje de enamorado, y Libre d'amic e amat (1276), compuesto de 365 versículos de prosa poética, donde elementos de la lírica provenzal, de la mística árabe y del Cantar de los cantares, contribuyen a enriquecer con sutiles matices la expresión de las relaciones entre el alma y Dios. Esta obra será incorporada después a la novela Blanquerna (1283), vigoroso retablo de la época, donde el protagonista, impulsado por sus convicciones religiosas a buscar la perfección, conoce todos los estados de la vida cristiana: matrimonio, vida religiosa, prelatura, pontificado y, tras renunciar a éste, la vida eremítica de pura contemplación. También trazada con sentido itinerante es la novela Libre de meravelles (1288) o Félix, nombre del protagonista, cuyo inquisitivo peregrinar es el hilo conductor de penetrantes reflexiones sobre la belleza de la creación y los más diversos aspectos de la vida social y del comportamiento humano. Entre los poemas de Llull, la crítica destaca Lo desconhort y Cant de Ramon, piezas de corte autobiográfico que, compuestas en momentos adversos (entre 1295 y 1300), adquieren un emotivo sentido confidencial, así Plant de Nostra Dona Santa Maria, que recrea con devota inspiración las lamentaciones de María al pie de la Cruz. El resto de sus composiciones en verso son piezas más bien didácticas que ponen metro y rima al servicio de una fácil memorización por parte del destinatario; es el caso de Los cent noms de Déu y Medicina de pecat, entre otros. Predomina un estricto carácter didáctico en una serie de obras en prosa como Libre de l'orde de cavalleria (1275), sobre la formación cristiana del caballero, que influiría con intensidad en la obra de Joanot Martorell y Martí Joan de Galba, Tirant lo Blanc (1490); el Libre del gentil e los tres savis (1276), ejemplificación narrativa de cómo podría aplicarse el método expuesto en Art abreujada y el Libre de mil proverbis (1302). Ramon Llull tuvo algunos discípulos ya en el siglo XIV: el canónigo Thomas le Myésier en París o el franciscano Pere Rossell en Valencia. Al margen de su obra filosófica, desde el siglo XI Ramon Llull está asociado, casi como genio fundador, a los orígenes de la lengua y la literatura catalanas.
Uno de los propósitos principales de la actividad literaria de Llull fue señalar los errores de los racionalistas como Averroes y mostrar la verdad según la entendían los cristianos de una manera tan clara y meridiana que incluso los musulmanes más fanáticos consiguieran apreciarla sin posibilidad de error.
Así pues, Llull se dedicó a diseñar y construir una máquina lógica. De naturaleza mecánica, en ella las teorías, los sujetos y los predicados teológicos estaban organizados en figuras geométricas de las consideradas "perfectas" (por ejemplo círculos, cuadrados y triángulos). Al operar unos diales y palancas, girando manivelas y dando vueltas a un volante, las proposiciones y tesis se movían a lo largo de unas guías y se detenían frente a la postura positiva (certeza) o negativa (error) según correspondiese. Según Llull, la máquina podía probar por sí misma la verdad o mentira de un postulado.
El religioso bautizó a su instrumento con el nombre de Ars Generalis Ultima ("Última arte general") o Ars Magna ("Gran arte"), aunque hoy se la conoce a veces como Ars Magna et Ultima. El ingenio fue tan importante para él que dedicó la mayor parte de su ingente obra a describirlo y explicarlo. La realidad teórica subyacente en aquel artefacto era una fusión o identificación de la teología con la filosofía, orientada a explicar las verdades de ambas ciencias como si fueran una. Era, por lo tanto, el nacimiento de la teosofía.

martes, 10 de noviembre de 2009

Sir Isaac Newton (1643 – 1727 )


Desde el momento de su nacimiento prematuro (con sólo un kilogramo de peso, se dijo que era lo bastante pequeño como para caber en una jarra de un litro), la vida de Newton estuvo presidida por la agitación. Su padre, que era granjero, había muerto de neumonía unos meses antes, y su madre luchó por sacar adelante la granja de la familia en Woolsthorpe, una aldea a unos 150 kilómetros al norte de Londres. Eran tiempos difíciles en el país. Una sangrienta guerra civil que trastornaría Inglaterra durante seis años había empezado en 1642 en Nottingham, no lejos de Woolsthorpe. Los ejércitos contendientes del rebelde parlamentario Oliver Cromwell y los realistas de Carlos I avanzaban y se retiraban regularmente por entre los pequeños pueblos.
Cuando Isaac tenía tres años su madre volvió a casarse, dejando a su hijo al cuidado de sus abuelos. Su primera educación la recibió en las escuelas de los pueblos cercanos. A los doce años fue inscrito en la escuela primaria de Grantham, una ciudad a diez kilómetros de su hogar. Allá estudió latín -el idioma de la gente instruida en Europa- y la Biblia, pero tuvo poco contacto con las matemáticas o las ciencias. El joven Newton vivía en la casa de un tal William Clarke, el farmacéutico de la ciudad, que tenía una de las mejores bibliotecas del lugar y una hermosa hijastra, con la que más tarde Newton tuvo un romance adolescente, el primero y último de su vida. Se llevaba mal con los demás muchachos de la escuela, que al parecer lo encontraban extraño y demasiado listo.
La rápida mente que alienaba a los compañeros de clase de Newton halló muchas salidas durante sus años en Grantham. Años más tarde, los residentes de la ciudad recordarían los inventos mecánicos que realizaba mientras los demás muchachos se dedicaban a jugar. Newton construyó un pequeño molino de viento de madera. Hizo un carrito que podía propulsar haciendo girar un torno mientras se sentaba en él. Incluso diseñó una linterna plegable de papel que utilizaba para iluminar su camino a la escuela las mañanas oscuras. Cautivado por el principio de los relojes de sol, aprendió a calcular no sólo la hora sino también el día del mes, y a predecir acontecimientos como los solsticios y los equinoccios. Incluso el viento lo fascinaba. Un día, cuando Newton tenía dieciséis años, se alzó una gran tormenta. Mientras la gente prudente buscaba refugio del viento, el joven realizó lo que más tarde recordaría como su primer experimento científico. Primero saltó con el viento, luego contra él. Comparando las distancias de los dos saltos, siendo capaz de estimar la fuerza del mismo.
Poco después, Newton tubo que dejar la escuela para ocuparse de la granja de la familia. Un viejo sirviente de confianza recibió la tarea de enseñarle todas las habilidades necesarias, pero Newton nunca puso su corazón en el trabajo. Construía un molino de agua en el arroyo -completo con presas y compuertas- mientras sus ovejas sin vigilar invadían los campos de maíz del vecino. Los días de mercado sobornaba a un sirviente para que se ocupara de las compras y las ventas a fin de poder pasar el tiempo inventando nuevos artilugios o leyendo. Su curiosidad, virtualmente ilimitada en asuntos de ciencias e invenciones, tenía evidentemente un límite: no se extendía hasta la agricultura.
Después de sólo nueve meses, la familia decidió que tal vez aquel chico curioso estaría mejor en la escuela. El maestro de Grantham, que insistía en que los talentos de Newton se estaban desperdiciando en la granja, se ofreció a alojarlo en su propia casa. Así, en otoño de 1660, Newton regresó a Grantham a fin de prepararse para la universidad. En junio del año siguiente estaba listo para ir a Cambridge. Deseaba ya convertirse en profesor.
Newton se pagó su estancia en Cambridge realizando diversos trabajos para los estudiantes más adinerados. Como en Grantham, era incapaz de ocultar su inteligencia; más aún, había adoptado una actitud puritana muy poco común en aquellos tiempos, en los que la mayoría de los académicos habían descubierto las delicias de los cafés y las cervecerías. No satisfecho con abstenerse de estos placeres, Newton inició incluso una lista codificada de sus propios pecados, que incluían ofensas tales como «tener pensamientos y palabras y acciones y sueños sucios».
En Cambridge, Newton llenó su soledad con el estudio de una amplia variedad de temas, que iban desde la astrología hasta la historia. Al final de esta etapa Newton ya había descubierto también las matemáticas y la filosofía natural, un campo que abarcaba los temas hoy conocidos como ciencias físicas.
Newton se estaba preparando para empezar el trabajo de posgraduado cuando su vida dio otro brusco giro. Inglaterra fue golpeada por la peste bubónica, que se llevó consigo miles de vidas, sobre todo en ciudades como Londres y Cambridge, cuyos sucios y atestados arrabales proporcionaban un caldo de cultivo ideal para la enfermedad transmitida por las ratas. La universidad cerró temporalmente mientras sus estudiantes huían a regiones rurales menos afectadas. Newton regresó a Woolsthorpe, visitando Cambridge de tanto en tanto para usar su biblioteca. Tranquilo al calor de Lincolnshire, puso a trabajar su poderoso intelecto en una amplia gama de problemas científicos y matemáticos, sentando las bases de toda una vida de logros. Construyó la primera versión funcional de un nuevo instrumento astronómico, el telescopio de reflexión, que usaba un espejo curvo en vez de lentes para enfocar la luz. Desarrolló una nueva y poderosa rama de las matemáticas llamada cálculo. Y efectuó el trabajo fundamental de su teoría de la gravitación.
El relato popular del origen de esa teoría -que Newton la concibió en el verano de 1666 tras ver caer una manzana de un árbol- es imposible de confirmar, pero la tradición ha señalado que se trataba de un árbol de la granja familiar .
Su gran tratado Principios Matemáticos de Filosofía Natural, publicado en 1687 presenta los estudios de Newton durante más de veinte años en relación a la mecánica terrestre y celeste. Allí enuncia la ley de gravitación: dos cuerpos se atraen con una fuerza proporcional a sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa. Además presenta en su gran libro los tres principios de la mecánica:
1. Todo cuerpo permanece en reposo o continúa su movimiento en línea recta con velocidad constante si no está sometido a una fuerza exterior.
2. El cambio de movimiento de un cuerpo es proporcional a la fuerza exterior, inversamente proporcional a la masa del cuerpo, y tiene lugar en la dirección de la fuerza.
3. A toda acción se opone una reacción, igual y de sentido contrario.
Las leyes de Kepler del movimiento planetario se refieren al conjunto, son integrales. La ley de Newton de la gravitación universal, por el contrario es diferencial, permite deducir el estado que tendrá un sistema a partir del que tenía un instante anterior; por definición satisface la causalidad. Antes de Newton no había ningún sistema de causalidad física. Con Newton el peso de un cuerpo sobre la superficie terrestre se identifica con la fuerza de atracción entre los dos astros. se calculan las perturbaciones entre los planetas; se calculan las órbitas de los cometas. Después de Newton los grandes matemáticos pudieron extender los dominios de la razón a todos los rincones del sistema solar. La importancia filosófica de la obra de Newton es extraordinaria; la forma en que el ser humano enfrentó la naturaleza el siglo XVIII y XIX es una consecuencia de los descubrimientos del gran sabio inglés.
Los méritos de Newton no se reducen al campo de la mecánica y las matemáticas; también la óptica supo de su talento. Descubrió que la luz blanca puede ser descompuesta en todos los colores del arcoiris al hacerla pasar por un prisma, iniciando con ello el análisis espectral, base de la astrofísica contemporánea. Además Newton construyó un telescopio reflector. Sus estudios sobre la luz lo llevaron a publicar en 1704 su Tratado sobre óptica. Los últimos años de su vida los destinó a profundas meditaciones teológicas, alejado casi totalmente de aquellos quehaceres intelectuales para los cuales no tuvo rival.
Fue en realidad un genio al cual debemos el descubrimiento de la ley de gravitación universal, que es una de las piedras angulares de la ciencia moderna. Fue uno de los inventores del cálculo diferencial e integral. Estableció las leyes de la mecánica clásica, y partiendo de la ley de gravitación universal dedujo las leyes de Kepler en forma más general. Sus obras más importantes publicadas son la Optica, en la que explica sus teorías sobre la luz, y la obra monumental Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, comúnmente conocida como Principia, en la cual expone los fundamentos matemáticos del universo.
Newton dedicó muchos esfuerzos también al estudio de la alquimia. Como alquimista, Newton firmó sus trabajos como Jeova Sanctus Unus, que se interpreta como un lema anti-trinitario: Jehová único santo, siendo además un anagrama del nombre latinizado de Isaac Newton, Isaacus Neuutonus - Ieova Sanctus Unus.
El primer contacto que tuvo con la alquimia fue a través de Isaac Barrow y Henry More, intelectuales de Cambridge. En 1669 escribió dos trabajos sobre la alquimia, Theatrum Chemicum y The Vegetation of Metals. En este mismo año fue nombrado profesor Lucasiano de Cambridge. También es conocida su aficiliación a la Rosacruz figurando sus notas en el margen de una edición original de la Fama Fraternitatis.
En 1680 empezó su más extenso escrito alquímico, Index Chemicus, el cual sobresale por su gran organización y sistematización. En 1692 escribió dos ensayos, de los que sobresale De Natura Acidorum, en donde discute la acción química de los ácidos por medio de la fuerza atractiva de sus moléculas. Es interesante ver cómo relaciona la alquimia con el lenguaje físico de las fuerzas.
Durante la siguiente década prosiguió sus estudios alquímicos escribiendo obras como Ripley Expounded, Tabula Smaragdina y el más importante Praxis, que es un conjunto de notas de Triomphe Hermétique de Didier, libro francés cuya única traducción es del mismo Newton.
Cabe mencionar que desde joven Newton desconfiaba de la medicina oficial y usaba sus conocimientos para autorecetarse. Muchos historiadores consideran su uso de remedios alquímicos como la fuente de numerosos envenenamientos que le produjeron crisis nerviosas durante gran parte de su vida. Vivió, sin embargo, 84 años.
Padeció durante sus últimos años diversos problemas renales, incluyendo atroces cólicos nefríticos, sufriendo uno de los cuales moriría -tras muchas horas de delirio- la noche del 31 de marzo de 1727 (calendario gregoriano). Fue enterrado en la abadía de Westminster junto a los grandes hombres de Inglaterra.
«No sé cómo puedo ser visto por el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un niño que juega al borde del mar, y que se divierte buscando de vez en cuando una piedra más pulida y una concha más bonita de lo normal, mientras que el gran océano de la verdad se exponía ante mí completamente desconocido.»

Roger Bacon ( 1214 - 1294)


Se piensa que Bacon nació cerca de Ilchester en Somerset, aunque según algunos fue en Bilsey, Gloucester. La fecha de nacimiento es igualmente incierta. La única fuente es su afirmación en el Opus Tertium, escrito en 1267, donde indica "cuarenta años han pasado desde que aprendí el alfabeto". La fecha de 1214 asume que significa que 40 años han pasado desde que se matriculó en Oxford a la edad de 13. Si no quería decir eso, la fecha de nacimiento sería más probablemente alrededor de 1220.
Parece que la familia de Bacon era acomodada, pero durante el tormentoso reinado de Enrique III de Inglaterra perdieron sus propiedades y varios miembros de la familia fueron desterrados.
Roger Bacon estudió en Oxford, donde leyó a Aristóteles. No hay evidencia de que obtuviera un doctorado , el título Doctor Mirabilis fue póstumo y figurado. Viajó a Francia en 1241, a la Universidad de París, entonces el centro de la vida intelectual de Europa, donde la enseñanza de Aristóteles, hasta ese momento prohibida porque Aristóteles era solo accesible a través de comentaristas islámicos, había sido recientemente reiniciada. Tras completar sus estudios, fue profesor de Artes en esta Universidad, entrando en contacto con Alejandro de Hales y Guillermo de Auvernia.
En 1247 retornó a Oxford y estudió intensamente durante muchos años, omitiendo mucha vida social y académica. Allí fue discípulo de Roberto Grosseteste y Adam Marsh. Encargó caros libros (que tenían que ser copiados a mano, en ese tiempo) e instrumentos. Posteriormente se hizo franciscano. Probablemente tomó los hábitos en 1253, después de 10 años de estudio que le habían dejado física y mentalmente exhausto.
Las dos grandes órdenes, Franciscanos y Dominicos, habían empezado a conducir la discusión teológica. Alejandro de Hales lideraba a los Franciscanos y Alberto Magno y Tomás de Aquino a la orden rival. La habilidades de Bacon fueron pronto reconocidas, y se benefició de la amistad de hombres eminentes como Adam Marsh y Roberto Grosseteste, obispo de Lincoln. En el curso de su enseñanza e investigación realizó y describió varios experimentos.
El conocimiento científico que Bacon había adquirido le mostró los defectos del debate académico existente. Ninguno de los profesores aprendía griego. Aristóteles era conocido solamente a través de malas traducciones. Lo mismo ocurría con las Sagradas Escrituras. La ciencia física no estaba guiada por experimentos a la manera aristotélica, sino por argumentos basados en la tradición. Bacon se retiró de la rutina escolástica y se hizo devoto del estudio de las lenguas y la investigación experimental.
En la Opus Minus y Opus Tertium arremete contra Alejandro de Hales del cuál dice, adquirió su aprendizaje por enseñar a otros, y adoptó un tono dogmático, que originó que fuese recibido en París con aplausos, como alguien igual a Aristóteles, Avicena o Averroes.
Bacon fue siempre fiel a sus opiniones, mantenía lo que creía que era verdad y atacaba a quien estaba en desacuerdo, lo que le causó repetidamente grandes problemas. En 1256 fue designado como nuevo estandarte espiritual de la rama científica de la Orden Franciscana: Richard de Cornwell, con quien Bacon había estado fuertemente en desacuerdo en el pasado. Pronto Bacon fue trasladado a un monasterio en Francia, donde durante cerca de 10 años solo pudo comunicarse con sus colegas intelectuales mediante escritos.
Bacon escribió al cardenal Guy le Gros de Folques, que se interesó por sus ideas y le pidió que escribiese un tratado completo. Bacon, que estaba restringido por una regla de la orden franciscana que le prohibía publicar trabajos sin un permiso especial, inicialmente dudó. El cardenal se convirtió en el Papa Clemente IV e incitó a Bacon a que ignorase la prohibición y a escribir el libro en secreto. Bacon lo hizo y envió su trabajo, el Opus Maius, un tratado sobre las ciencias (Gramática, Lógica, Matemáticas, Física y Filosofía), al Papa en 1267. Fue seguido el mismo año por el Opus Minus (conocido también por Opus Secundum), sumario de los principales pensamientos de su primer trabajo. En 1268, envió su tercer trabajo, el Opus Tertium, al Papa, que murió ese mismo año, aparentemente antes de ver, incluso, el Opus Maius, aunque sabía que el trabajo había llegado a Roma.
Bacon cayó en desgracia y fue más tarde encarcelado por la Orden franciscana en 1278 en Ancona, por su difusión de la Alquimia árabe y, sin duda, también sus protestas por la ignorancia e inmoralidad del clero favorecieron acusaciones de brujería. Supuestamente permaneció en prisión durante diez años, hasta que la intercesión de un noble inglés promovió su liberación. Sobre este episodio, la famosa Historia de la Ciencia de David C. Linberg, mencionado por James Hannam, dice que "su encarcelamiento, si es que ocurrió, que dudo, probablemente fue consecuencia de sus simpatías por el ala radical "de pobreza" de los Franciscanos, una cuestión completamente teológica, más que de cualquiera de las novedades científicas que pudo haber propuesto". Bacon murió, sin seguidores distinguidos o discípulos y fue rápidamente olvidado durante mucho tiempo.
En sus escritos, pide una reforma de los estudios teológicos. Proponía poner menos énfasis sobre cuestiones filosóficas menores, como en el Escolasticismo. En su lugar, la Biblia debería volver al centro de atención y los teólogos estudiar las lenguas en que sus fuentes originales fueron escritas. Él entendía varias lenguas y lamentó la corrupción de las Sagradas Escrituras y los trabajos de los filósofos griegos por numerosas malas traducciones así como malas interpretaciones. Además alentó a todos los teólogos a estudiar intensamente todas las ciencias y añadirlas al curriculum universitario.
Poseía uno de los intelectos más completos de su tiempo, o quizás de cualquiera, y a pesar de todas las desventajas y desalientos que sufrió, hizo muchos descubrimientos y se acercó a muchos otros. Rechazó el seguimiento ciego de las autoridades precedentes. Científico avanzado a su tiempo, captó los errores del calendario juliano, señaló los puntos débiles del sistema tolemaico, indicó en óptica las leyes de reflexión y los fenómenos de refracción, comprendió el funcionamiento de los espejos esféricos, ideó una teoría explicativa del arco iris, describió ingenios mecánicos (barcos, coches, máquinas voladoras) y tomó de los árabes la fórmula de la pólvora de cañón.
Su frase mas famosa fue "la matematica es la puerta y la llave de estas ciencias".

John Dee (1527 – 1609)


Dee nació en Londres, en el seno de una familia galesa. Su padre era un mercader y un cortesano de escasa importancia. Dee estudió en el St. John's College, en la Universidad de Cambridge. Su talento fue reconocido desde que era joven, por lo cual fue admitido en el Trinity College. Durante los últimos años de la década de 1540 y los primeros de la de 1550, viajó por Europa, estudiando en Bruselas y dando conferencias en París sobre Euclides. Aprendió junto a Gemma Frisius y se convirtió en un amigo íntimo del cartógrafo Gerardus Mercator, por lo cual volvió a Inglaterra con un importante caudal de instrumentos y conocimientos matemáticos, astronómicos y geográficos.
A su regreso en 1554, le fue ofrecido el cargo de profesor adjunto de matemática en la Universidad de Oxford, que declinó criticando el excesivo énfasis por parte de las universidades inglesas en la retórica y la gramática (las cuales junto a la lógica conformaban el trivium académico), en detrimento de la ciencia y la filosofía (un quadrivium compuesto por aritmética, geometría, música y astronomía).
En 1555 fue arrestado, acusado de realizar horóscopos para la reina María I de Inglaterra y la princesa Isabel. Los cargos fueron luego elevados a traición a María, y Dee debió comparecer ante la corte judicial, donde logró ser absuelto. Este ataque fue sólo uno de los muchos que recibiría Dee a lo largo de su vida, y en esta ocasión logró salir prácticamente indemne. Confeccionó para la reina María, en 1556, un importante plan para conservar libros y manuscritos antiguos y fundar con ellos una biblioteca nacional, pero su idea fue desechada, por lo cual se dedicó a expandir su biblioteca en su casa de Mortlake, comprando escritos en Inglaterra y también trayéndolos de Europa continental. Poco a poco, su biblioteca se convirtió en una de las más completas de Europa y atrajo a estudiosos y científicos a la casa de Dee.
Cuando Isabel fue coronada en 1558, Dee se convirtió en uno de sus más íntimos consejeros y llegó a elegir el día de la coronación de la reina. Sirvió como consejero en los viajes de exploración de Inglaterra, difundiendo sus conocimientos de geografía y navegación y la ideología detrás de la creación de un Imperio Británico. De hecho, fue el primero en usar ese término. En 1577, Dee publicó General and Rare Memorials pertayning to the Perfect Art of Navigation, un libro en el cual exponía su visión de la navegación y justificaba los reclamos territoriales de Inglaterra en el Nuevo Mundo.
En 1564, escribió el libro Monas Hieroglyphica (La mónada jeroglífica) una interpretación exhaustiva desde el punto de vista de la Cábala de un glifo que el mismo diseñó, con la intención de expresar la unidad mística de toda la creación. El escrito fue reverenciado por muchos contemporáneos de Dee, pero al perderse las tradiciones orales que poblaban su entorno, hoy en día es difícil descifrar el sentido correcto del texto.
Publicó un "prólogo matemático" a la traducción al inglés de Henry Billingsley de la obra Los Elementos de Euclides en 1570, defendiendo la importancia de la matemática y su influencia en las demás ciencias y artes. Al estar dirigida al público no universitario, éste se convirtió en uno de los trabajos más reconocidos y se reimprimió en varias ocasiones.
Hacia los primeros años de la década de 1580, Dee estaba cada vez menos satisfecho con su progreso en el conocimiento de los secretos de naturaleza y su falta de influencia y reconocimiento. Empezó entonces a buscar formas sobrenaturales de adquirir conocimiento, en especial el contacto con un ángel mediante el uso de una bola de cristal como intermediaria.
Sus primeros intentos no dieron frutos, pero en 1582 conoció a Edward Kelly, quién lo impresionó con sus habilidades y conocimientos paranormales. Dee lo tomó a su servicio y comenzaron a buscar lograr contacto sobrenaturales con todo su empeño, aunque siempre desde una perspectiva de piedad cristiana, acompañando estas "conferencias espirituales" con intensas sesiones de purificación, oración y ayunos. Dee estaba convencido de que esto traería grandes beneficios a la humanidad, y redactó numerosos libros que, según decía, le habían sido dictados por los ángeles a través de estas conferencias, algunos de ellos en un lenguaje enoquiano o de los ángeles. Kelley, por otro lado, es menos explícito con respecto a sus pensamientos sobre estas "charlas con espíritus", algunos concluyen que estaba aprovechándose de la credulidad de Dee, otros grupos creen que realmente poseía esta clase de habilidades. En 1583, Dee visitó al noble polaco Albert Laski, quien lo invitó a acompañarlo en su regreso a Polonia, a lo cual Dee accedió luego de consultarlo con sus ángeles. Así, Dee, Kelley y sus familias partieron en septiembre de 1583, pero resultó que Laski estaba en bancarrota y desprovisto de todo favor en su país, lo cual obligó a Dee y Kelley a llevar una vida nómada en Europa central, durante la cual siguieron manteniendo conversaciones con los ángeles que Dee registró meticulosamente. Consiguió audiencias con Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano y Esteban I de Polonia. Trató de convencerlos de la importancia de sus comunicaciones con ángeles, pero ninguno de los monarcas le hizo caso alguno.
Durante una conferencia espiritual en Bohemia, en 1587, Kelley le informó a Dee que el ángel Uriel había ordenado que los dos hombres debían compartir sus esposas. Es probable que Kelley, quien en ese momento era mucho más popular que su compañero haya usado esto como una forma de romper su relación. La orden le causó angustia a Dee, pero no dudó de su veracidad y habría permitido su realización, pero poco después dejó de celebrar las conferencias y nunca más volvió a ver a Kelley. Regresó a Inglaterra en 1589.
John Dee se casó tres veces y tuvo ocho hijos, su hijo mayor fue Arthur Dee, quien también se dedicó a la alquimia y los conocimientos herméticos. John Aubrey describe a Dee de la siguiente manera: "Era alto y flaco. Usaba un vestido de artista, con amplias mangas y un tajo... una barba blanca como la leche. Un hombre muy apuesto".
Dee volvió a Mortlake luego de seis años para hallar que muchos de sus libros e instrumentos habían sido robados o estaban en pésimas condiciones. Pidió ayuda a la reina Isabel quien lo convirtió en director del Christ's College en Manchester, en 1592. Sin embargo, en ese momento ya era conocido como un "mago maligno" y no podía controlar a los miembros del colegio que lo desdeñaban. Se fue de Manchester en 1605, y para ese momento ya había muerto su aliada Isabel. El rey era ahora Jacobo I, quien se mostraba desconfiado y contrario a aquello relacionado con lo sobrenatural, por lo cual Dee no pudo encontrar ayuda en él. Vivió sus últimos años en Mortlake, donde murió a principios de 1609 sumido en la pobreza. Tanto su lápida como su registro de entierro han desaparecido.
Dee era un cristiano profundamente piadoso, pero su cristiandad estaba muy influida por las doctrinas hermética y platónico-pitagórica que eran influyentes en el Renacimiento. Creía que los números eran la base de todas las cosas y la puerta al conocimiento, que la obra de Dios era un acto de "numeración". Del Hermetismo extrajo su creencia de que el ser humano tenía el potencial para alcanzar el poder divino, y pensaba que este poder divino podía ser ejercitado a través de las matemáticas. Su magia cabalística angelical (que era fuertemente numerológica) y sus trabajos en matemáticas prácticas (por ejemplo en navegación) eran simplemente los extremos exaltado y mundano del mismo espectro, y no las actividades contrapuestas que muchos podrían considerar hoy en día. Su objetivo final era ayudar a sacar adelante una religión mundial unificada, curando la brecha entre las iglesias Romana Católica y Protestante y recobrando la teología pura de la antigüedad.
Cerca de diez años antes de la muerte de Dee, el anticuario Robert Cotton compró un terreno cerca de la casa de Dee y comenzó a realizar incursiones en busca de papeles y artefactos. Descubrió algunos manuscritos, principalmente registros de comunicaciones con ángeles. El hijo de Cotton entregó estos manuscritos al estudioso Méric Casaubon, quien los publicó en 1659, junto con una larga introducción crítica hacia sus autores, con el título de A True & Faithful Relation of What passed for many Yeers between Dr. John Dee (A Mathematician of Great Fame in Q. Eliz. and King James their Reignes) and some spirits. Al ser la primera revelación pública de las conferencias espirituales de Dee, el libro resultó muy popular y se vendió rápidamente. Casaubon, quién creía en la existencia de los espíritus, argumentó en su introducción que Dee estaba actuando sin saberlo como herramienta de espíritus malignos creyendo que se trataba de ángeles. Este libro fue en gran medida responsable por la imagen de Dee que prevaleció durante los siguientes dos siglos y medio: la de un fanático engañado.
Por la misma época, fue publicado el libro True and Faithful Relation y algunos miembros de los Rosacruces afirman que Dee era uno de ellos. Sin embargo, no está claro que existiera en esa época una organización Rosacruz, y no hay evidencia de que Dee haya pertenecido a alguna sociedad secreta. La reputación de Dee como mago, y la historia de su asociación con Edward Kelley, lo han hecho parecer una figura aparentemente irresistible para los escritores de fábulas, escritores de historias de horror y magos posteriores. La gran cantidad de relatos falsos sobre su vida frecuentemente oscurecen los hechos de su vida.
Una revaluación de la persona de Dee y su influencia tuvo lugar en el siglo XX, principalmente como resultado del trabajo de la historiadora Frances Yates, quien publicó nuevas ideas que le daban una mayor relevancia al papel de la magia en el Renacimiento y en el surgimiento de la ciencia contemporánea. Como resultado de esto, Dee es ahora considerado un erudito serio y uno de los hombres más cultos de la Europa del siglo XVI.
La biblioteca que poseía en Mortlake era, sin lugar a dudas, la más importante de Inglaterra, y era considerada una de las mejores del continente; sólo superada por la de Jacques Auguste de Thou en opinión de muchos. En su papel como consejero geográfico, astrológico y científico de Isabel I, fue uno de los primeros defensores de la colonización de Norteamérica y trató de impulsar la idea de un Imperio Británico que se extendiese por el Nuevo Mundo.
Durante el tiempo que ostentó poder, Dee lo aprovechó para impulsar el desarrollo de las ciencias, en especial la navegación y la cartografía. Gerardus Mercator colaboró íntimamente con él, y poseía una amplia colección de mapas, globos terráqueos y diversos instrumentos. Además, creó y mejoró instrumentos y técnicas para facilitar la navegación en las regiones polares. También se encargaba de seleccionar y entrenar a los principales pilotos de la marina inglesa.
Creía que las matemáticas (a las cuales comprendía de un modo místico) eran imprescindibles para el progreso del aprendizaje humano, y es esta cualidad la que lo acerca más a los hombres de siglos posteriores que otros pensadores contemporáneos, como Francis Bacon, aunque algunos investigadores afirman que Bacon restó importancia a las matemáticas aplicadas en un sentido místico como el de Dee debido a la atmósfera anti-ocultismo imperante a lo largo del reinado de Jacobo I. De todos modos, los conceptos de matemática utilizados por Dee no eran similares a los actuales y abarcaban áreas que en la actualidad gran parte de la comunidad de matemáticos calificarían de numerología.
Quizás el mayor y más duradero logro de Dee sea el haber promovido la matemática fuera de las universidades. Su Prefacio matemático a la obra de Euclides tenía la intención de fomentar el estudio y la aplicación de las matemáticas entre las personas que no habían podido realizar estudios universitarios, algo que fue acogido de buen grado por la nueva y creciente clase de "mecánicos" y otros hombres que irían creando aplicaciones prácticas a partir de los avances científicos. Dee llegó a incluir una serie de demostraciones y principios que los lectores podían realizar y comprobar por sí mismos.
Dee era amigo de Tycho Brahe, y estaba familiarizado con los trabajos de Copérnico. Gran parte de sus cálculos astronómicos y astrológicos estaban basados en la teoría heliocéntrica, aunque debido a lo peligroso de mostrarse como un defensor de esta nueva idea no llegó a abrazar completamente la teoría. Sí la aplicó para resolver algunos problemas del calendario, y propuso reformas que fueron aceptadas cautelosamente.
En varias ocasiones, se ha asociado a la figura de Dee con el Manuscrito Voynich. Wilfrid M. Voynich, la persona que adquirió el manuscrito en 1912, sugirió que este pudo haber pertenecido a Dee, quien lo habría vendido al emperador Rodolfo II. Sin embargo, los contactos de Dee con el emperador no parecen haber sido muy extensos y no hay notas en el diario que mencionen la venta de un libro tan poco corriente.
El Museo Británico posee varios instrumentos que pertenecieron a Dee y están asociados con sus "conferencias espirituales":
El espejo o "speculum" (espejo en latín) de Dee, un objeto de culto azteca hecho de obsidiana con la forma de un espejo de mano. Fue llevado a Europa en la década de 1520 y pasó por las manos de Horace Walpole.
Una serie de pequeños sellos que usaba Dee en su "mesa de prácticas" (en la cual llevaba a cabo la adivinación del futuro).
Un sello grande y elaborado usado para sostener la bola de cristal usada por Dee.
Un amuleto de oro, con un grabado que representa las visiones de Dee.
Un orbe de cristal, de seis centímetros de diámetro. Este objeto había pasado varios años desapercibido en la sección de minerales. Su procedencia no está confirmada y no se sabe si pasó por las manos de Dee.
En diciembre del 2004, una piedra usada por Dee para ver el futuro y una explicación de su uso escrita por Nicholar Culpeper a mediados del siglo XVII fueron robadas del museo de ciencias (Science Museum) de Londres, pero fueron recuperadas poco después.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Fulcanelli (1837-1932)


Es mucho lo que se ha escrito sobre la vida de este personaje, pero la mayor parte de sus biografías están basadas en testimonios inciertos, pues al parecer ocultaba expresamente toda información sobre su persona, propiciando la circulación de infinidad de rumores. Se ha especulado sobre su posible nacimiento en 1877 en Villiers-le-Bel (Francia) y su muerte en la pobreza en París el año 1932.
Fulcanelli se movió hasta los años veinte del siglo pasado por Francia y ocasionalmente por España, País Vasco, Sevilla (Andalucía) y Barcelona. Para algunos era un personaje de vasta erudición con importantes contactos y relaciones con círculos selectos e influyentes, como Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc, arquitecto y restaurador de catedrales góticas francesas, con quién compartió su admiración y estudio por el arte gótico, lo que le permitió interpretar con éxito el papel que la alquimia juega en las esculturas que adornan estas construcciones, muy especialmente las impresionantes representaciones en las gigantescas catedrales góticas (relieves, portadas, escultura, suelo, vidrieras).
La identidad de Fulcanelli, está por dilucidar. Incluso podría ser un seudónimo de un colectivo de alquimistas. El nombre de Fulcanelli parece estar relacionado mediante la cábala fonética con Vulcano-Hélios o bien con Vulcano-Hellé .
Con la escasa información y los comentarios de su discípulo y albacea Eugène Canseliet, diversos autores han adelantado varias hipótesis sobre su identidad:
Julien Champagne, pintor francés (hipótesis de Robert Ambelain, René Schwaller de Lubicz, Jules Boucher y Geneviève Dubois).
Camille Flammarion, eminente astrónomo francés (esta hipótesis es sostenida por Frédéric Courjeaud).
El notario o escribiente Rosny-Aîné.
Pierre Dujols, librero parisién de la época.
René Schwaller de Lubicz (versión sostenida por el científico Jacques Bergier).
F. Jollivet-Castelot (tesis doctoral de Pierre Pelvet).
Eugène Canseliet (versión de Paul Le Cour).
El llamado conde de Saint Germain (un personaje, supuestamente inmortal, que aparece públicamente en cada siglo).
Jules Violle, físico francés de renombre (versión de Patrick Rivière y de Jacques Keystone).
Alphonse Jobert, doctor francés (versión sostenida por Richard Khaitzine.
Jacques Bergier menciona en su libro "El retorno de los brujos" que Fulcanelli y otro alquimista se dedicaron a visitar a los más conocidos físicos nucleares entre las dos Guerras Mundiales. Ambos describieron somera pero muy gráficamente en qué consistía un reactor nuclear y advirtieron de los peligros de las sustancias subproductos de las reacciones. Es improbable que Fulcanelli fuera un científico conocido, pues hubiera sido reconocido por algún colega.
Fue autor de dos obras cumbres de la alquimia:
"El misterio de las catedrales" (Le Mystère des Cathédrales), escrita en 1922 y publicada en París en 1929 y "Las moradas filosofales". Para algunos pudo haber muerto en un desván de la calle Rochechouart de Paris sin terminar el tercero y último libro que iba a ser el colofón de su obra: "Finis Gloriae Mundi", título inspirado en una pintura del pintor sevillano Juan de Valdés Leal que en la actualidad está colgada en la iglesia sevillana del Hospital de la Caridad. En ese libro se completaría la revelación del misterio alquímico o verbum dimissum (La palabra perdida) dando respuesta a los miles de años de búsqueda de los alquimistas.
En el año 2001 apareció en francés un texto con el título de Finis Gloriae Mundi como si fuese el texto que en su momento no se publicó. Para la mayoría de los estudiosos es un texto apócrifo ya que dicha obra relata sucesos que acontecen tras la segunda guerra mundial, fecha para la cual se supone al autor ya fallecido. No obstante, otros estudiosos del tema entienden que el elixir de larga vida no es en modo alguno una quimera de la alquimia, sino una de las pruebas de la consecución de la piedra filosofal. El autor de la versión revisada del Finis Gloriae Mundi afirma en la nueva publicación: " No es costumbre que un adepto vuelva a coger la pluma después de haber franqueado la transmutación (...) abandonemos el manto de silencio con el que se cubre quien pasa por las ascuas del fénix", sugiriendo precisamente esto.

Francis Bacon (1561 – 1626)


Conocido también por barón de Verulam, vizconde de San Albano, canciller de Inglaterra, célebre filósofo y miembro de la misteriosa orden de la Rosacruz.
Hijo menor de Sir Nicholas Bacon, nombrado guardián del Gran Sello por la reina Isabel I. Su madre, Ann Cooke Bacon, segunda esposa de Sir Nicolás, era sobrina de Sir Anthony Cooke, hablaba cinco idiomas y estaba considerada como una de las mujeres más ilustradas de su época, Bacon fue educado por su madre en los principios del puritanismo calvinista.
Aunque no se haya establecido con seguridad, hay razones para creer que Bacon recibió tutorías en su casa durante sus primeros años, y que su salud durante aquel periodo, al igual que con posterioridad, era delicada. En 1573 ingresó en el Trinity College de Cambridge a la edad de 13 años, institución en la que cursó estudios hasta 1576, periodo que pasó en compañía de su hermano mayor Anthony.
En Cambridge, sus estudios de las diversas ciencias le llevaron a la conclusión de que los métodos empleados y los resultados obtenidos eran erróneos. Su reverencia por Aristóteles, del que, a pesar de todo, no parecía tener excesivo conocimiento, contrastaba con su desapego por la filosofía aristotélica. A su juicio, la filosofía precisaba de un verdadero propósito y nuevos métodos para alcanzar ese propósito. Con el primer germen de la idea que le consagraría, Bacon abandonó la universidad.
El 27 de junio de 1576 ambos hermanos ingresaron en de societate magistrorum y unos meses más tarde fueron destinados a Francia como agregados del embajador Sir Amyas Paulet. La situación política y social en la Francia de aquella época, durante el reinado de Enrique III, le proporcionó al joven Francis una valiosísima experiencia política al verse en la necesidad de llevar a cabo algunas misiones diplomáticas delicadas. Aunque vivió en Poitiers, durante su estancia en el continente visitó París y las principales ciudades francesas, además de recoger informes sobre los recursos y la situación política de los diferentes países europeos, informes que se han venido publicando en sus obras bajo el título de Notes on the State of Christendom (Notas sobre el estado de la cristiandad), a pesar de que como apuntara el historiador James Spedding, el trabajo parecía ser autoría de uno de los ayudantes de su hermano Anthony.
En 1579, al conocer la muerte de su padre, Francis regresa a Inglaterra. La modestísima herencia que le deja su padre, al no poder éste cumplir el deseo de dejarle a su hijo menor en posición acomodada por sorprenderle la muerte repentinamente, obliga a Francis a adoptar una profesión que a la postre sería el derecho.
Con sus estudios en derecho, literatura y diplomacia, Bacon aspira a conseguir un puesto político de importancia. Esto lo logra cuando Jacobo I de Inglaterra asciende al trono en 1603, el cual lo designa procurador general en 1613. Su carrera política avanza y es nombrado canciller de Inglaterra en 1618. Posteriormente, Bacon se ve envuelto en intrigas políticas que lo acusan de desprestigiar al rey, y luego en 1621 fue acusado de corrupción y maltrato a sus subordinados. Sin embargo, Bacon logra salir airoso de esta situación, acumulando una fortuna durante el ejercicio de la labor pública, con la cual se retira para ocuparse de sus estudios en filosofía y ciencias.
Se propuso ante todo reorganizar el método de estudio científico. Percibió que el razonamiento deductivo destacaba entonces a expensas del inductivo y creyó que, eliminando toda noción preconcebida del mundo, se podía y debía estudiar al hombre y su entorno mediante observaciones detalladas y controladas, realizando generalizaciones cautelosas. Para ello, el estudio que el hombre de ciencia hace de los particulares debe realizarse mediante observaciones que deben validarse. Los científicos deben de ser ante todo escépticos y no aceptar explicaciones que no se puedan probar por la observación y la experiencia sensible (empirismo).
Los escritos de Bacon se engloban en tres categorías: filosófica, literaria y política. Sus mejores obras filosóficas son El avance del conocimiento (1605), y Novum Organum o Indicaciones relativas a la interpretación de la naturaleza (1620).
La filosofía de Bacon influyó en la creencia de que la gente es a la vez sierva e intérprete de la naturaleza, de que la verdad no se deriva de la autoridad y que el conocimiento es fruto ante todo de la experiencia. Se le reconoce haber aportado a la Lógica el método experimental inductivo, ya que anteriormente se practicaba la inducción mediante la simple enumeración, es decir, extrayendo conclusiones generales de datos particulares. El método de Bacon consistió en inferir a partir del uso de la analogía, desde las características o propiedades del mayor grupo al que pertenece el dato en concreto, dejando para una posterior experiencia la corrección de los errores evidentes. Este método representó un avance fundamental en el método científico al ser muy significativo en la mejora de las hipótesis científicas.
Su Novum Organum influyó mucho en la aceptación en la ciencia de una observación y experimentación precisas. En esta obra mantenía que había que abandonar todos los prejuicios y actitudes preconcebidas, que llamó en griego eidola o ídolos, ya fueran la propiedad común de la especie debido a modos comunes de pensamiento ("Idola tribus") o propios del individuo ("Idola especus"); ya se debieran a una dependencia excesiva del lenguaje ("Idola fori") o de la tradición ("Idola teatri"). Los principios que se plantean en Novum Organum tuvieron gran importancia en el subsiguiente desarrollo del empirismo. Aun cuando el método baconiano ejerció, nominalmente, una gran influencia en los medios científicos, lo cierto es que el filósofo desarrolló su pensamiento al margen de las corrientes que dieron lugar al surgimiento de la ciencia moderna, caracterizada por la formulación matemática de sus resultados, a la que él mismo no concedió la importancia debida.
Como escritor, se le debe además la creación del género ensayístico inglés. En su "Nueva Atlántida" ofrece la primera utopía tecnológica, donde los gobernantes serán los científicos de la "Casa de Salomón", una especie de gran universidad donde se concentraría el conocimiento. Previó en su época grandes adelantos científicos como máquinas voladoras, submarinos y telecomunicaciones.

El Conde Sant Germain (1696–1784)



Nació el 26 de mayo de 1696, hijo del Rey de Transilvania Ferenz II RaKoczi y la Princesa Carlota, en el castillo de los Montes Carpatos. El Rey fue perseguido por CarlosVI que lo consiguió destronar, mientras tanto, para proteger a su hijo el pequeño Príncipe, lo envió a Florencia, allí fue cuidado y educado por el último de los Médicis.
Alos 14 años ya se destacó en un movimiento franco masón espiritual mientras estudiaba en la Universidad de Siena. Sólo a la muerte de su padre en Turquía, donde permanecía en el exilio, comenzó a mostrar sus poderes, pues estando junto a su padre en el lecho de muerte en 1735, fue visto junto a un famoso rosacruz en Holanda.
El príncipe "muere" cuando un año después de morir su padre, los acontecimientos lo habrían atado a una vida oficial en Hungría. Apenas muere aparece en Escocia donde vive hasta 1745, después se traslada a Alemania y a Austria, y de ahí se irá a la India a estudiar Alquimia.
En todos éstos años llevará diferentes nombres: Marques de Monferrat, Conde Bellamare, Caballero Schoening...
El Conde Saint Germain aparece en Francia en 1758 procedente de Holanda, Inglaterra y Alemania, países que había estado visitando en misiones políticas.
Se desconocía el origen de su fortuna, su nacionalidad y si tenía esposa e hijos. Era un hombre muy educado, elegante y noble. Hablaba a la perfección francés, inglés, italiano, chino, árabe y sánscrito. También tenía vastos conocimientos sobre política, artes, ciencias, poesía, medicina, química, música y pintura. Es presentado a Madame Pompadour, quien a su vez lo presenta al Rey de Francia. Cuentan que para justificar su nobleza ante el Rey, le contó en secreto su procedencia, lo cual fue aceptado por su Majestad. Esto ocasionó la envidia de los cortesanos y de una parte de la aristocracia, siendo perseguido por detractores como Casanova, Cagliostro, el Duque de Choisseul y el señor D'Affy.
El primero de los escasos datos históricos acerca del conde de Saint-Germain se remonta aproximadamente a 1740; un elegante hombre de unos 30 años comenzó a frecuentar los ambientes vieneses de moda. Su vestimenta llamó la atención en aquella época de moda colorista y fantasiosa, puesto que normalmente vestía de negro, con la única excepción de vaporosos cuellos y puños de lino blanco. La sobriedad de su vestimenta, sin embargo, contrastaba notablemente con el brillo de los diamantes que llevaba en los dedos, en la faltriquera del reloj, en la cajita de rapé y en la hebilla de los zapatos. Según informaciones posteriores, también llevaba puñados de diamantes sueltos en los bolsillos en lugar de dinero.
En París el Conde contaba con 62 años pero representaba 30, el mundo veía en él un noble joven de gran dignidad, de impecable cortesía. Su porte era militar, delgado, de mediana estatura, bien proporcionado, de bellos ojos pardos y cabello oscuro. Vestía con gran elegancia, con las mejores telas, medias de seda, innumerables joyas, acompañado de lacayos uniformados con botones de oro. Nadie conocía su casa, frecuentaba las fiestas de la alta sociedad, pero nadie lo vio comer o beber.
El Conde daba la impresión de haber viajado por el mundo entero y de haber asistido personalmente a cuanto ha acontecido en el planeta. Era un gran diplomático, un genio artístico, un excelente músico y compositor que ejecutaba el piano con gran maestría, que en el violín rivalizaba con Paganini, que cantaba con una lindísima voz de barítono, que pintaba y esculpía como los muy grandes, y que vivía eternamente, ya que por admisión propia su descubrimiento de un líquido (elixir de inmortalidad) lo había mantenido vivo durante 2000 años.
Al introducirse en la Masonería francesa anunció que era el más antiguo de todos los masones.
El propio Maestro St. Germain ha admitido ocupar 40 cuerpos en diferentes misiones a la Tierra, uno de ellos fue el del libertador Simón Bolívar cuyas actuaciones fueron siempre en pro de la liberación del hombre, de su alma, de la libertad sin armas ni soldados de escuela.
En las reuniones relataba sus conexiones con Cleopatra, Jesucristo, la Reina de Saba, Santa Isabel, Santa Ana, con las cortes de Valois, la antigua Roma, Rusia, Turquía, Austria, China, Japón, La India.
Se cuenta que en una ocasión el Conde tomó una moneda de 12 centavos, la expuso a una llama y cuando se enfrió se la dio a Casanova, éste constató que era de oro puro y expresó su duda al Conde diciendo que él la había cambiado. El Conde contestó: "El que duda de mis conocimientos no merece hablar conmigo" y le mostró la puerta.
La muerte del Conde en el castillo del Duque Carlos, en Suecia, en 1784, es tan dudosa como su nacimiento.
Voltaire, dijo en una carta a Federico el Grande: "El Conde Saint Germain es el hombre que nunca muere y que todo lo sabe".
Se vio al Conde en 1785 en una conferencia muy importante junto a la Reina Catalina de Rusia, en 1793 se apareció ante la amante del rey Jeanne Dubarry. En 1920 el Obispo Leadbeater dice haber hablado con el Conde en Roma.
Estas son algunas de sus hazañas que se le atribuyen, de manera confusa y mezclando mito con realidad, a quien alguna vez fuera conocido como Conde de Saint Germain, a lo largo de su eternamente tergiversada biografía:
Fue uno de los principales incentivadores del movimiento de los rosacruces. Incluso hay quien afirma que es el propio Christian Rosenkreuz.
Se ha llegado a asegurar que fue el filósofo y científico inglés Francis Bacon y que participó en las investigaciones de genios como Leonardo da Vinci o Galileo Galilei.
Cedió los mapas secretos a Colón que le facilitaron la navegación y el posterior descubrimiento de América.
Inspiró a Adam Weishaupt en la creación de los Iluminados de Baviera y siguió de cerca sus movimientos al introducirse en la Masonería.
Sin duda se trata de un referente mítico dentro de la escuela de la "Metafísica" esotérica y el ocultismo.


domingo, 8 de noviembre de 2009

Nicholas Flamel (1357 al 1400)



Nace en Pontoise (Francia) en el 1330 Siglo XIV y fallece en París en el año 1413.
De profesión escribano público, copista y librero jurado. Letrado para su época aprendió el oficio de copista de su padre un sofer o escriba convertido al cristianismo por la fuerza y versado en los requisitos que la Halajá o ley religiosa judía prescribe para la copia de los libros sagrados en forma adecuada para el uso de la oración.
Trabaja como librero acomodado en París donde en el año 1355 adquirirá un grimorio alquímico en el cuál empleará más de 21 años para descifrarlo, con la intención de lograrlo realizó un viaje o peregrinación a Santiago de Compostela (España). Será a su regreso cuando en la ciudad de León conocerá a un anciano rabí “el maestro Canches”, quién parece reconocer el libro, se trata del “ Aesch Mezareph” cuya autoría se atribuye al rabí Abraham Bar Hiya, judío nacido en Barcelona en el año 1070 también conocido como “Ha-nassi” ( el príncipe).
El libro objeto de tales aventuras según indica el propio Flamel más tarde en su obra: “Libro de las figuras jeroglíficas” es adquirido por el nada desdeñable precio de dos florines a un desconocido al que reconoce de un sueño tenido unos días antes. Probablemente se trata de un libro robado o encontrado por azar por este individuo, ya que éste desconoce su valor.
Nicholas Flamel lo describe así: “ de cortezas de tiernos arbustos, tapas de fino cobre, grabado con letras y figuras extrañas”, al parecer se trata de caracteres hebreos y debido al desconocimiento por parte de éste idioma, así como movido por el deseo de descifrar su significado, obtiene el consentimiento de su esposa Perenelle y emprende un viaje a España.
El no menos enigmático Fulcanelli, nos aclara posteriormente que Flamel nunca llegó a realizar este viaje, sino que se trataría de un viaje alegórico o interior para lograr la finalidad de la Gran Obra, la piedra filosofal.

Cuenta Nicholas Flamel que gracias al maestro Canches irá descifrando poco a poco el libro, pero como para la peregrinación realizada no se había acompañado del mismo sino meramente de algunos grabados, requiere al viejo médico judío que le acompañe. Y será en su regreso a París, concretamente en Orleans cuándo éste cae enfermo y tras 7 largos días de enfermedad fallece.

Gracias a los conocimientos revelados antes de su muerte y a tres intensos años de trabajo Flamel consigue el 17 de Enero de 1382 convertir media libra de mercurio en una plata de purísima calidad. Prodigio que lrealizará por otras dos veces más en compañía de su amada esposa, el lo llama "realizar el magisterio¨. Será a partir de entonces cuando su fortuna crece y comienza a realizar numerosas obras benéficas, funda 14 hospitales, manda construir 3 capillas y dota con bienes a 7 iglesias.

Y comienza así la leyenda: son muchos los que piensan que además de la piedra filosofal descubrió un elixir de inmortalidad que experimentaría en su persona y la de su cónyuge. Será Paul Lucas un viajero del siglo XVII quien en una de sus crónicas de viajes cuenta que el devis uzbeco en Burnus Badi le revela que Flamel y su señora fingieron su muerte por temor a lo que pudiera ocurrirles debido a la celebridad adquirida y que planearon un falso entierro con la finalidad de una migración a la India. Esta leyenda se acrecenta debido a que ya el Conde de Saint Germain en el siglo XV dice haber conocido a Nicholas Flamel y Karl Christoph Halle igualmente haberlo localizado con vida en la India en el año 1830.